lunes, 14 de febrero de 2011

El Día de los Días.


Esperar por una fecha para celebrar “algo”  siempre me ha parecido una tontería además de ridículamente cheo. Sabrá el buen Dios, quien y con cuales intenciones marco este día para que nos acordásemos de la gente que supuestamente queremos o nos importan. Mas bien esto sabe a gastadera de dinero para “limpiarte” y tratar de quedar bien puesto que los otros 364 días del calendario te has limpiado el reverendo  trasero con los sentimientos ajenos. La Amistad, como las plantas necesita de mas de un día de amor.

 Vestirte de rojo y andar por la calle con globitos rosados y blandenguerías semejantes no te harán mejor persona. Sepan todos los mortales que quiero y me importan, que me ocupo de ellos durante el resto del año, que hago lo mejor de mi para que se enteren y que lo de hoy puro mercadeo.

Happy Valentines!!!

jueves, 3 de febrero de 2011

Necesitamos camellos?


Cuando leo la prensa digital, pues ya la impresa va en vías de extinción de forma súbita, y veo las fotos de lo que pasa en Egipto mas me convenzo que el destino de un pueblo no es ni será el resultado de la acción de un solo hombre. Un séquito de pene-succionadores siempre ha rodeado a tales sanguijuelas frutos de la creación de nuestro Señor. Desde Nerón, pasando por "Adolfito", Franco y nuestro "porquenotemueres" coma-andante, todos han tenido muchos, demasiados, complices.

 Hoy he visto en el sitio web de varios periódicos como ciudadanos egipcios montados sobre unos camellos mas magros que Rocinante y con el mismo churre de un M3 (ruta: Parque Central - Alamar)  golpeaban con furia a sus vecinos de ciudad. Como si les diera pánico el cambio, como si fueran a extrañar al dictador que han tenido por los últimos 30 años.

Que quedara para los baratarios que arrastramos el lastre verdeolivo por medio siglo y con la promesa de mas Eneros por venir(se)?
Que pasara el día después del gran funeral de "Bola 'e Churre"?
Sabremos que hacer con tanta libertad y espacio?
Deberíamos de ir importando camellos para que nuestros propios vecinos puedan tambien golpearnos como es debido?

Mientras esperamos...las respuestas que no llegaran sino dentro de otro cabrón medio siglo, podemos seguir leyendo lo que pasa detrás de las pantallas de nuestras computadoras.

No importa...el tiempo es lo que (no) nos sobra.


martes, 1 de febrero de 2011

De estreptococos y otras mariconadas




Ver a mi hijo enfermo  produce en mi una ira incontrolable cosa que creo absolutamente normal en un ateo-litúrgico, venerador de Sabina y otras deidades de la región riojana. Condeno (esto suena a tribuna "anti-imperialista"....pa' su madre) a las profundidades del Averno a cuanta farmaceutica que halla engavetado algún remedio chino para combatir tantos virus y bacterias  por un puñado de dolares...donde te escondes Clint Eastwood cuando mas te necesito?

Estreptococos, Estafilococos y otros micro-bicharracos...vengan a mi! Yo, sobrino de Voltus V e hijastro de Elpidio Valdes, les resto...pero dejen a mi chama tranquilo ya. 

He dicho.



Eramos tan jovenes.

Para mi generación...

Somos del siglo pasado, pobre del que aún no se entere. En el ciber-solar las historias se entretejen de forma muchas veces infartantes. Arrastramos recuerdos, amores inconclusos que nunca llegaron a nada mientras el cabrón espejo nos recuerda que el tiempo no se detiene.

 Los que antes eramos rebeldes y buenos, hoy somos obesos, miopes, hipertensos, diabéticos, impotentes e incluso para mayor desgracia....metrosexuales.  El arte del reencuentro se teje débil e incierto como el afán de ocultar las incipientes arrugas en nuestra cara. Aquellas casas de campañas y albergues, solo sirvieron para derrochar virginidades y fabricar las velas que impulsaron nuestras vidas futuras.

Recuerdo con mucha alegría a todos mis maestros, mis companeros de clase, a los que nunca terminaron el curso de 1980, a los que compartimos litera, surco, hambre, frío, música y sexo.  Seguimos siendo desenfrenadamente jóvenes (por dentro claro esta) con unas inmensas maletas de madera cargadas de recuerdos y nostalgias.