martes, 4 de enero de 2011

Pastillas para despertar

 Ella nunca pensó que aquel matrimonio impuesto por sus padres, bendecido por sus vecinos y refugio de sus noches de adolescencia duraría 16 años después de haberse montado en una balsa que con lenta agonía se alejaba de la Habana en el verano de 1994.  Dieciséis inviernos pasaron lejos de aquellas costas llenas de sal y arrecifes que mas que su piel marcaron su alma.  Aquel guajirito que llego al barrio con ganas de comerse la ciudad, renegar del surco y la guataca se había convertido en el centro de su vida. Habían cambiado, una nueva vida les sonreía, el Sol brillaba pero aun tenia manchas. Nada es perfecto.

 Una tarde, sus inmensos ojos azules se llenaron de letras nuevas, imágenes y canciones. En el pentagrama de su vida empezaban a brillar nuevas claves de sol. Aquel castillo y vida de princesa empezaba a mostrar las grietas del tiempo corroídas por las lagrimas que nunca lloro. Pasaba de la felicidad a la tentación en menos de un ciber segundo, descubrió que nuevas humedades todavía eran posibles pero saltar al vacío siempre la había causado nauseas.
Cuando desde el cielo dejen de caer los mirlos muertos solo necesitaremos pastillas para despertar.

 http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Lluvia/mirlos/muertos/Estado/Arkansas/elpepisoc/20110104elpepisoc_7/Tes

No hay comentarios.:

Publicar un comentario