jueves, 18 de noviembre de 2010

Ustedes los convertidos

 Paso tres inviernos en una cárcel para menores a las afueras de la Habana, escapo justo antes de cumplir los 16 y sin despedirse de nadie tomo una balsa rumbo norte. Han pasado doce años y nunca regreso, tampoco llamo para el funeral de su abuela, ni para los quince de la hermana menor; cuando a su vieja la ingresaron por un infarto fingió estar de viaje.

 Había encontrado el camino de la salvación, le daba gracias ha algo que mantenía sus demonios a raya y no exigía mucha lógica en su compromiso, recitaba de memoria varios versículos de aquel libro que en la secundaria descubrio como excelente materia prima para un cigarro de marihuana hecho como Dios manda.

 Ahora tenia una vida nueva, caminaba a la diestra del Señor sin importarle mucho todos sus recuerdos que no eran mas que cicatrices cerradas en falso. Había logrado olvidar a su familia, renunciar a ellos era tan fácil como esconder una vieja foto debajo del colchón. Se había convertido y creía ser feliz.

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